sábado, 29 de junio de 2013

Miércoles



mi cabeza reposaba entre sus piernas
ella hablaba pero ninguna de sus palabras tocaba mis tímpanos
solo podía hacer una cosa
ni la humedad del pasto en la espalda,
ni los desafinados aspirantes a cantantes
podían hacer que dejara de mirar sus labios,
ella era realmente hermosa,
cada palabra traslapaba una sonrisa encantadora
estaba tan cerca , pero a la vez tan lejos
mis labios se inundaban de deseo  mientras mi conciencia
me recordaba que su nombre se me había prohibido
¿era acaso culpa mía sentir los impulsos
que cualquier mortal podría sentir ante tan divina belleza?
mi enferma y ya cansada conciencia no dejaba de recordarme
la destrozada amistad que estaba poniendo en juego,
dos vidas que podría alejar de mi vida,
a mi mente venían los recuerdos de la infancia,
y con cada uno un grillete sobre mi cuello
cada recuerdo lograba mantener adentro
el frenesí apasionado que luchaba por salir,
un par de horas pasaron antes de que ese momento mágico acabara
cuatro palabras que siempre desmoronaban la felicidad que sentía al verla
._._._._._._ tengo que irme, esa frase que siempre me hacía darme cuenta
de cuanto quería a esa mujer.